Y es que teníamos muchísima variedad de combinaciones con bocadillos y bollería.
Si nombramos cosas dulces creo que nos pasabamos 3 pueblos, en cuanto a azúcar no se como seguimos vivos y todo elaborado con azúcar refinada, la peor.
La bollería típica era tan surtida que con solo nombrar lo comercializado se me olvidarían muchos: Bony, tigretón, búlgaro de cropan, pantera rosa... y la recién hecha en la panadería, que nos hacía pegarnos irremediablemente al cristal del escaparate como son las cuñas, palmeras, magdalenas, trenzas... casi todo elaborado con mucha manteca y azúcar... pero que rico...
En casa tambien haciamos nuestras delicias, un bizcocho alguna tarde, el pan con chocolate al que algunos añadimos mantequilla, eso entre algunas delicias como la que hoy os comparto.
Entre las cosas saladas comíamos el típico bocadillo de salchichón con margarina, el de jamón cocido y queso o simplemente jamón serrano, todo esto catalogado como lo más sano con razón de ser.
A mi me gustaba mucho el bocadillo de mantequilla con paté... sublime, aun con su saturación de grasa.
Pero hoy os traigo el mas goloso, de los que hacíamos y al terminarlo íbamos a por mas, el típico bocadillo de mantequilla, cacao y azúcar. Nunca era bastante solo uno.
Y esto es lo que nos preguntaba Andrea Calderón sobre las meriendas de nuestra niñez para el reto #portimismo con #comidaestrellada, un reto semanal de instagram.
Pues si, este bocadillo era el insustituible y recuerdo que al mismo tiempo que lo preparábamos nos tomábamos la cucharada de cacao, así, a palo seco, y que no te diera por toser, que recuerdos!
Pan con mantequilla, cacao y azúcar. Meriendas de mi niñez
Ingredientes:
- Pan, en este caso sin gluten.
- Mantequilla sin lactosa.
- Cacao en polvo.
- Azúcar, o el endulzante que prefieras.
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