Churros caseros

Eso de desayunar con churros era de fiesta. Cuando llegaba el olorcillo hasta la habitación se levantaba todo el mundo casi de golpe preguntándonos unos si era domingo y otros de quien era el “cumple”, pero en definitiva era que había alegría y cualquier motivo era bueno. Porque los churros eran motivo de alegría y no se si por lo buenos que estaban o porque nos reunía a todos en la mesa. Cuando preguntan por su procedencia muchas son las teorías que se han lanzado al respecto. Unos dicen que comenzaron a consumirse en Cataluña a principios del siglo XIX, otros creen que fueron los árabes quienes los trajeron a la Península Ibérica. Pero no todos confían en estas hipótesis: algunos apuntan a los pastores como los creadores, derivando su nombre del ganado churro. De todos modos no está claro su origen, ya que no consta ningún tipo de documentación fiable al respecto. Ni siquiera la Asociación Provincial de Empresarios de Churros de Madrid, que ha investigado sobre el tema, ha conseguido averiguar algo a este respecto. 

Ingredientes: 
  • 250 g. de harina, 
  • 1 cucharada de levadura, 
  • ½ cuchara de sal (el asiento de una cuchara pequeña), 
  • 2 cucharadas de aceite, 
  • ½ cucharadas de azúcar y 
  • 270 ml de agua. 


Elaboración: 
  1. Poner el agua en una olla a fuego fuerte y echarle el aceite, la sal y el azúcar. 
  2. Mezclar la harina y la levadura. 
  3. Cuando el agua hierva echar la harina de golpe y para que no queden grumos es importante bajar un poco el fuego y mover la harina hasta que se haga una masa y se despegue de la olla, aquí será trabajosa de mover por su dureza, un poco de ejercicio no es malo, luego dejar enfriar. 
  4. Una vez que la masa este fría ponerla en la churrera y hacer los churros de la forma que más guste según la boquilla de la churrera. 
  5. En sartén honda se pone el aceite muy caliente antes de echar los churros directamente de la churrera. 
  6. Freír hasta que estén dorados sin bajar el fuego. 
  7. Se pueden servir así o con azúcar pero lo mejor del mundo es con un chocolate o un café con leche calentito.



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