Cupcake sin gluten El jardín de las delicias

Tanto si tenemos niños como si no, esta forma de presentar unos cupcake es divertida, rica y bonita ¿no crees?

En esta ocasión, es para representar la obra de El Bosco, el jardín de las delicias y a mi se me vino en seguida a la cabeza estas Delicias.

No solo por que a nadie le amarga un dulce, sino porque en el reto CocinArte había que simular esta obra, o mas bien hacer algo que nos la recordara, así que he intentado representar un jardín.

Me he inspirado en los colores, como se puede ver, pero tambien en ese título y es que para mi es una verdadera delicia, tomar estos bizcochitos esponjosos y decorados de fantasía, para mi solo mirar la obra representa alegría y comer estas delicias la proporciona, es divertido ver como se comen y comprobar si se le ha puesto la boca azul por la espirulina o rosa dependiendo de lo que esté probando.

Cupcake sin gluten El jardín de las delicias

Ingredientes:

Para los cupcake:

150 gr de harina de arroz.
75 gr de almidón de maíz.
14 gr de levadura química.
100 gr de azúcar.
3 huevos.
85 ml de aceite de oliva virgen.
50 ml de leche.
1 cucharadita de esencia de vainilla.
1 pizca de sal.

Para la decoración:

Glasa real.
Espirulina azul.
Nubes, gominolas y azúcar de colores.
Colorantes para la glasa.

Elaboración:

Se mezclan en un bol la harina y levadura y se reserva.

Se pone en la batidora los huevos con el azúcar y se bate hasta que se haga una crema clara y esponjosa.

Se incorporan los demás ingredientes y se mezcla muy bien para conseguir una masa muy homogénea y sin restos secos.

Se deja en reposo una media hora para asegurarnos de que cualquier ingrediente no quede seco y sin incorporar.

Se vierte en cada capsula de cupcake hasta llenar 3/4 partes de ellas.

Se hornea a 220º entre 12 y 15 minutos vigilando que no se doren demasiado.

Se sacan a una rejilla hasta que enfríen.

Para decorarlos deben estar frios, se prepara la glasa según indicaciones del paquete y se añade colorantes o espirulina, toda la decoración depende del gusto y el motivo que se quiera representar.

Se deja secar la glasa y a disfrutarlos.